20.12.12

Un bosque encantado: música infantil para todos

No es fácil encontrar buena música infantil en español. A veces, las canciones que divierten a los más chicos nos aburren profundamente a los adultos. Los acordes sencillos, las melodías fáciles y las letras simplistas pueden hacer que las sesiones musicales con los niños se conviertan en un verdadero sacrificio para los padres.

Como padres de una bebé de un año, mi esposa y yo estamos siempre en búsqueda de buena música para compartir con nuestra hija. Música que podamos disfrutar los tres, no solo la bebé. Un bosque encantado, un excelente disco con el cual nos topamos hace unos meses, cumple cabalmente ese propósito: se trata de música para niños que seduce a los adultos.

Las nueve canciones que componen este disco -producido por un colectivo de artistas bogotanos llamado Colectivo Animal- exploran diversos ritmos musicales contemporáneos para contar a los niños historias sobre animales representativos de la fauna colombiana. Así, al ritmo del rap, del hip hop, de la cumbia o del reggae, el Colectivo Animal nos propone un divertido viaje a un bosque encantado donde podemos conocer personajes entrañables como el colibrí, el jaguar, los murciélagos o el abuelo búho.

Las canciones de Un bosque encantado sirven para abordar temas ecológicos con los niños. También pueden ser muy útiles para que los profesores de español como lengua extranjera practiquen vocabulario con sus estudiantes.

Invito a los lectores de El español sin misterios a escuchar Un bosque encantado desde nuestro blog siguiendo los enlaces que aparecen a continuación:

17.12.12

Los Buendía: un matriarcado en medio de una sociedad machista

El siguiente ensayo, escrito por la estudiante Valentina Ardila, explora la relación entre machismo y matriarcado en la novela Cien años de soledad (Gabriel García Márquez, 1967). Valentina Ardila presentó este texto como trabajo final para la materia Literatura Colombiana dictada en los grados décimo y undécimo del Colegio Los Nogales de Bogotá.

Introducción

Cien años de soledad (Gabriel García Márquez, 1967) es, según muchos críticos, una de las obras más representativas no solo de la literatura colombiana y latinoamericana, sino también de la literatura en lengua española. Esta novela marca el clímax del trabajo literario de Gabriel García Márquez, escritor y periodista colombiano nacido en Aracataca en 1927. Este prestigioso autor colombiano, entre muchos títulos honorarios, cuenta con el Premio Nobel de Literatura, el cual ganó en el año 1982.

Cien años de soledad narra la historia de un pueblo llamado Macondo, a partir de la historia de la familia Buendía, habitantes y fundadores del pueblo. La novela narra la historia de Macondo desde su fundación hasta su trágico final, luego de haber soportado las siete generaciones de la familia Buendía. Entre los estudios que figuran en la Edición Conmemorativa de la RAE, aparece el ensayo "Cien años de soledad: realidad total, novela total", escrito por Mario Vargas Llosa, quien se toma el trabajo de analizar diversos temas y motivos que aparecen en la novela.

En el ensayo, Vargas Llosa resalta la importancia de Cien años de soledad a partir de dos ideas importantes. En primer lugar, hace énfasis en la maestría de García Márquez, quien logra cometer un “deicidio” y volverse el dios de la realidad diegética de la novela. En segundo lugar, Vargas Llosa demuestra cómo, para cometer el deicidio, García Márquez no solo se valió de Cien años de soledad sino también de todas sus otras obras. Así, el autor peruano logra analizar cómo varias de las historias de García Márquez comparten un mismo mundo diegético: Macondo.

Aparte de estas ideas, Vargas Llosa logra clasificar los eventos de la trama de Cien años de soledad en tres categorías: lo individual, lo familiar y lo social. Lo individual se refiere a la interacción de un personaje con otro, lo familiar se refiere a las interacciones de los personajes dentro de la familia Buendía y, por último, lo social se refiere a la interacción de los personajes dentro de Macondo y del país. Partiendo de estas tres categorías se puede realizar un extenso análisis de toda la obra, pero este ensayo se concentra solo en el rol de la mujer y en el machismo en la historia. Las tres categorías de Vargas Llosa revelan que Cien años de soledad es la historia de un matriarcado familiar (los Buendía) en una sociedad machista (Macondo).

El matriarcado de los Buendía

El matriarcado familiar es visible en la familia Buendía, donde las mujeres tienen el poder, no solo sobre la casa, sino sobre la familia. Como bien dice Vargas Llosa en su análisis, “Estas matronas sometidas a maridos y padres están investidas, sin embargo, de una autoridad ilimitada sobre los hijos, que no cesa cuando estos crecen […]”. Cuando Vargas Llosa habla de matronas se refiere a las mujeres que tienen el poder en la familia. Las dos principales son Úrsula Iguarán y Fernanda del Carpio.

  • Úrsula
  • Úrsula es la matrona principal de la casa, ya que no solo es la mujer que funda Macondo, sino que es también la madre de toda la estirpe de los Buendía. Por eso, Úrsula es la mujer con mayor autoridad y, retomando la idea de Vargas Llosa, se convierte en la madre de todos ya que tiene poder sobre todos los demás personajes que son también sus hijos de cierta forma. Existen diversos ejemplos en el libro que demuestran el poder de Úrsula sobre la familia, pero hay dos principales. El primero es cuando esta mujer le pega a su nieto Arcadio, quien se había convertido en un dictador absoluto:

    Cuando Úrsula irrumpió en el patio del cuartel, después de haber atravesado el pueblo clamando de vergüenza y blandiendo de rabia un rebenque alquitranado,el propio Arcadio se disponía a dar la orden de fuego al pelotón de fusilamiento.“¡Atrévete, bastardo!” – gritó Úrsula. Antes de que Arcadio tuviera tiempo de reaccionar, le descargó en primer vergajazo. “Atrévete, asesino” -gritaba-. Y mátame también a mí, hijo de mala madre. Así no tendré ojos para llorar la vergüenza de haber criado un fenómeno". Azotándolo sin misericordia, lo persiguió hasta el fondo del patio, donde Arcadio se enrolló como un caracol(127).

    De esta forma, esta mujer logra poner en su sitio a su nieto, y lo hace ver como un niño. Así mismo le recuerda quién es la que tiene el poder en la familia.

    Úrsula logra también exponer su poder en la familia cuando, en repetidas ocasiones, decide renovar la casa y hacer varios cambios:

    Úrsula se dio cuenta de pronto que la casa se había llenado de gente, que sus hijos estaban a punto de casarse y tener hijos, y que se verían obligados a dispersarse por falta de espacio. Entonces sacó todo el dinero acumulado en largos años de dura labor, adquirió compromisos con sus clientes y emprendió la ampliación de la casa (68).

    Esta cita no solo nos deja ver que Úrsula tiene el poder de cambiar la casa y de usar el dinero como quiera, sino que también revela que tiene miedo de que sus hijos se vayan de la casa, precisamente porque perdería su poder sobre ellos.

  • Fernanda del Carpio
  • Como segundo ejemplo de una matrona está Fernanda del Carpio, quien no tiene tanto poder como Úrsula ya que viene varias generaciones más tarde, y por lo tanto es madre de menos hijos que Úrsula. El poder de Fernanda se manifiesta también en diversos eventos. Por ejemplo, cuando decide mandar a su hija Meme al convento sin consultarlo con su esposo:

    Sin consultarlo con su marido, hizo al día siguiente su equipaje, metió en una maletita las tres mudas que su hija podía necesitar, y fue a buscarla al dormitorio media hora antes de la llegada del tren (334).

    Así, Fernanda decide cómo y quién va a educar a sus hijos, sin consultarlo con su esposo, demostrando su poder sobre sus hijos y su poder sobre la familia. Del mismo modo, es Fernanda también quien, con apoyo de Úrsula, escoge la vocación de José Arcadio, su otro hijo. Ambas deciden que va a ser papa, y lo mandan a estudiar a Roma. Finalmente, Fernanda también decide las renovaciones de la casa, así como Úrsula lo hacía en su tiempo.

    Existen diversas ocasiones en las que Fernanda decide cerrar las puertas de la casa, bloquear las ventanas y demás. Incluso tiene discusiones con Úrsula cuando esta última se da cuenta y quiere abrir todo. En esas ocasiones se demuestra el poder de la edad, ya que Fernanda debe someterse a lo que Úrsula dice.

Macondo: una sociedad machista

Pero este matriarcado comienza y termina en las puertas de la casa de los Buendía. Por fuera de las relaciones familiares de la dinastía, en las interacciones sociales e individuales de Macondo, predomina el patriarcado y el machismo. Como los patriarcas del pueblo son todos hombres de la casa Buendía, conviene comparar el rol de las mujeres en la familia y el de sus esposos en la sociedad para ver las diferencias de género que existen en la novela.

  • José Arcadio Buendía
  • José Arcadio Buendía, el esposo de Úrsula y patriarca fundador de Macondo, tiene el poder sobre el pueblo y sobre su esposa. En la fundación de pueblo, es José Arcadio quien dice qué hacer, y todos los otros hombres lo siguen:

    Al principio, José Arcadio Buendía era una especie de patriarca juvenil, que daba instrucciones para la siembra y consejos para la crianza de niños y animales, y colaboraba con todos, aun en el trabajo físico, para la buena marcha de la comunidad. Puesto que su casa fue desde el primer momento la mejor de la aldea, las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza (17).

    Así, desde su fundación, Macondo es una sociedad patriarcal y machista donde los hombres deciden, construyen, siembran e incluso dan consejos sobre la crianza de los niños.

    El poder de José Arcadio sobre Úrsula se demuestra de varias formas en varias ocasiones, por ejemplo, durante el primer encuentro sexual de la pareja:

    Esa noche, mientras se velaba el cadáver en la gallera, José Arcadio Buendía entró en el dormitorio cuando su mujer se estaba poniendo el pantalón de castidad. Blandiendo la lanza frente a ella, le ordenó: “Quítate eso”. Úrsula no puso en duda la decisión de su marido. “Tú serás responsable de lo que pase”, murmuró. José Arcadio Buendía clavó la lanza en el piso de tierra. “Si has de parir iguanas, criaremos iguanas –dijo–. Pero no habrá más muertos en este pueblo por culpa tuya (32).

    Esto demuestra que son los hombres quienes mandan en las relaciones individuales o matrimoniales en la novela.

  • Aureliano Segundo
  • El otro patriarca importante en Cien años de soledad es el esposo de Fernanda, Aureliano Segundo. Este personaje ilustra también el machismo en la novela. Sin embargo, por no ser un gran líder, no muestra el machismo en la sociedad sino en su relación con su esposa.

    Por ejemplo, cuando les van a poner nombres a los hijos, Fernanda quiere unos, pero se terminan escogiendo los que Aureliano dice, “cuando su esposo decidió ponerle al primer hijo el nombre del bisabuelo, ella no se atrevió a oponerse (245)”. Esto demuestra que en las disputas matrimoniales los hombres tienen el poder, así dichas disputas tengan que ver con los hijos.

    El machismo de Aureliano Segundo también se puede ver en que tiene una amante: Petra Cotes. En la novela los hombres no tienen que ser fieles pero las mujeres sí. Esa premisa es machista no solo en un sentido matrimonial sino también social.

    Finalmente, el machismo en la relación se puede ver cuando Fernanda hace un escándalo durante varios días y Aureliano le pone fin siendo violento y rompiendo todo en la casa:

    Entonces Aureliano Segundo perdió el dominio. Se incorporó sin prisa, como si solo pensara estirar los huesos, y con una furia perfectamente regulada y metódica fue agarrando uno tras otro los tiestos de begonias, las macetas de helechos, los potes de orégano, y uno tras otro los fue despedazando contra el suelo (370).

    La violencia de Aureliano Segundo en este fragmento de la novela demuestra el machismo que impera en Macondo. Este machismo irrumpe en el área de dominio matriarcal de Fernanda. En este episodio se reiteran también las responsabilidades de los hombres, como llevar la comida a la casa, lo cual muestra una vez más el machismo que caracteriza la vida en Macondo.

Conclusión

Cien años de soledad es una novela muy compleja, tanto que pareciera tener su propia realidad. Es por esta característica que logra asemejarse tanto a nuestra realidad. Por esto se puede decir que esta historia es el reflejo de la sociedad colombiana en varios aspectos, entre estos los analizados en este texto.

Esta novela refleja el machismo en la sociedad latinoamericana, colombiana y en la costa Caribe. Pero también da muestras de un matriarcado, mostrando así un aspecto de nuestra sociedad que a menudo se pasa por alto. Es por esto que incluso se puede llegar a interpretar que el final de la novela, donde todo se acaba cuando las mujeres mueren, es el fin que le espera a nuestra sociedad cuando ya no haya ningún rastro del matriarcado, que cada día se va extinguiendo más.

Cien años de soledad es una obra clásica de gran calidad que se disfruta tanto a un nivel literal como a un nivel analítico. Es tan compleja que los temas de análisis y las relaciones con el pasado y el presente de nuestro país son casi interminables.

Es la historia de nuestro mundo resumida en la historia de un pueblo. Pasan muchas cosas, muchos eventos que nos reflejan, con los cuales nos identificamos, pero lo más importante es que sepamos ver a Macondo como el reflejo de nuestra sociedad, para tratar de hacer cambios que nos permitan construir una sociedad mejor.

Valentina Ardila

Referencias

  • García Márquez, Gabriel. Cien años de soledad Edición Conmemorativa de la Real Academia Española, Madrid, Alfaguara (2007).
  • Vargas Llosa, Mario."Cien años de soledad: realidad total, novela total"
  • en García Márquez, Gabriel. Cien años de soledad Edición Conmemorativa de la Real Academia Española, Madrid, Alfaguara (2007).

10.9.12

¿Tú, usted, vos o su merced?: problemas con las formas de tratamiento

Todo visitante que llega a un país o a una región donde se habla español —sin importar que sea hispanohablante de nacimiento o que haya aprendido la lengua después— se enfrenta a un aspecto particularmente difícil de nuestro idioma: las formas de tratamiento.

¿Cómo dirigirse a la gente? ¿Hay que usar "tú" o "usted"? ¿Qué hacer en los lugares donde se utiliza el voseo? ¿Cómo responder si alguien se dirige a uno tratándolo de "su merced"?

En este artículo me concentro en las dificultades que suponen las formas de tratamiento en Colombia, particularmente en Bogotá. Invito a los lectores de El español sin misterios que viven en otros países de habla hispana a que envíen sus comentarios sobre los usos particulares de las formas de tratamiento en sus regiones.

Las formas de tratamiento

Formas de tratamiento es el nombre que se les da, en la gramática, a las diversas opciones que tenemos los hispanohablantes para dirigirnos a los demás utilizando ciertos pronombres personales: tú, usted, vos, su merced, os, le, te, etc.

Las formas de tratamiento varían según la relación social que exista entre el emisor y el receptor. Como nos lo recuerda el Manual de la Nueva gramática de la lengua española, "en el uso de los tratamientos intervienen circunstancias sociales y situacionales de tipo diverso que pueden variar dependiendo de áreas geográficas y comunidades particulares".

El hecho de que el español se hable en tantos países ha generado una gran diversidad de formas de tratamiento cuyas reglas son extremadamente difíciles (por no decir imposibles) de establecer. Sin embargo, existen una serie de categorías propuestas por el Manual de la Nueva gramática de la lengua española que son muy útiles para tratar de entender las variables que debemos tener en cuenta para dirigirnos a alguien:

  • Trato de confianza o de familiaridad y trato de respeto
  • Las formas de tratamiento se nos presentan como un abanico de posibilidades cuyos extremos son, por un lado, la confianza o familiaridad absoluta y, por otro lado, el respeto extremo.

    Así, en teoría, cuanta más confianza o familiaridad exista entre dos personas, mayores serán las posibilidades de que esas personas escojan el pronombre "tú" —o "vos" en ciertos países o regiones de Latinoamérica— para comunicarse entre sí.

    Del mismo modo, si en la relación que existe entre dos personas prima el respeto o la distancia, lo más lógico es que se escoja el pronombre "usted" o formas como "el señor" o "la señora".

  • Tratamiento simétrico o recíproco y tratamiento asimétrico
  • Existe tratamiento simétrico o recíproco cuando dos interlocutores se hablan de igual a igual. En estos casos, el emisor y el receptor utilizan siempre el mismo pronombre para comunicarse.

    Por el contrario, cuando uno de los dos tiene (o cree tener) mayor dignidad, edad, poder, estatus o, por qué no, dinero que el otro, se suele establecer entre los interlocutores un tratamiento asimétrico.

    Un ejemplo de este tipo de tratamiento es la convención —hoy en día en desuso en bastantes países— según la cual un profesor puede tutear a un alumno pero este último debe tratarlo a él de "usted".

  • Tratamiento estable o permanente y tratamiento variable o circunstancial
  • Existe tratamiento estable o permanente cuando dos interlocutores utilizan el mismo pronombre para comunicarse en cualquier situación. En cambio, se habla de tratamiento variable o circunstancial cuando estos mismos dos interlocutores tienen que cambiar de forma de tratamiento dependiendo de la situación en que se encuentren.

    Lo anterior puede ocurrir, por ejemplo, cuando una persona de confianza se convierte en tu jefe. Aunque la relación de amistad continúe sin modificaciones por fuera del trabajo, lo más probable es que en el contexto laboral —esto es, en presencia de tus colegas— tengas que ser particularmente respetuoso en tu trato con esa persona. Esto puede llegar al extremo de tener que tratarla de "usted" en el trabajo y de "tú" en los contextos informales.

La dura realidad

Lo expuesto en el apartado anterior tiene lógica. Sin embargo, como ocurre a menudo cuando se comparan las normas gramaticales con el uso real que le dan a la lengua las personas, la dura realidad no tarda en poner en evidencia que las formas de tratamiento son una verdadera pesadilla en español.

Así, hay usuarios de la lengua que perciben el "usted" como una forma de confianza y el "tú" como una forma de respeto. Los hay también que nunca usan el "tú". Existen, por ejemplo, ciudades o regiones donde solo se utiliza el "usted". Allí, el "tú" suena afectado, forastero e, incluso, afeminado.

Existen ciudades, regiones o países enteros donde la norma exige que se utilice "vos" en lugar de "tú". Y, por si esto fuera poco, también hay lugares donde la gente utiliza el arcaico "su merced", que puede dejar a una persona perdida y preguntándose si este tratamiento es extremadamente respetuoso, excesivamente íntimo o artificialmente distante.

El caso bogotano

En Bogotá, crisol donde se mezclan los modos y costumbres de todas las regiones de Colombia, las formas de tratamiento son bastante caóticas. Si a los que vivimos en esta ciudad nos cuesta trabajo saber qué forma de tratamiento escoger para dirigirnos a alguien que acabamos de conocer, para los extranjeros tomar esta decisión puede resultar enloquecedor.

Presento a continuación un breve catálogo, sin ninguna pretensión de exhaustividad, de los usos principales de las diferentes formas de tratamiento comunes en nuestra ciudad:

  • Usted
  • Aunque para mucha gente el pronombre "usted" sirve para demostrar respeto hacia un interlocutor o para mantener cierta distancia frente a él, también hay bastantes personas que sienten que el "usted" cumple la función opuesta: demostrar confianza, familiaridad y cercanía.

    De hecho, así como hay regiones de Colombia donde el tuteo no existe, muchos bogotanos jamás utilizan el pronombre "tú" y tratan a todo el mundo de "usted", incluso a personas tan cercanas como sus cónyuges, padres y hermanos.

    También es común que el uso de "usted" dependa del sexo del interlocutor. Así, los hombres suelen tratar a las mujeres de "tú" pero a los otros hombres de "usted". Las mujeres, en cambio, suelen tratar a todos, hombres y mujeres, de "tú". Sin embargo, no es extraño que la decisión de tratar a alguien de "usted" o de "tú" dependa de la "química" que se establezca entre dos interlocutores. Así, no sorprende asistir a conversaciones donde la misma persona tutea a alguien y trata de "usted" a otra persona, sin importar el sexo de los interlocutores.

    Para complicar aún más la cosa, hay personas que cambian su forma de tratamiento de manera caprichosa. No te sorprenda entonces que un bogotano te tutee en una oración, en la siguiente te trate de usted y en la siguiente se dirija a ti usando el pronombre "vos".

    Todos los casos anteriores varían según la edad, la clase social, los contextos comunicacionales, el lugar de origen de los hablantes y el tipo de relación que los une. Por eso, en Bogotá no hay reglas infalibles para saber cuándo tratar a alguien de "usted" y cuando tutearlo.

  • Su merced o sumercé
  • La forma "su merced" o "sumercé" es un arcaísmo que ha sobrevivido en el Altiplano cundiboyacense. Hace varios siglos, se utilizaba en todo el mundo hispanohablante —primero como "vuestra merced" y después como "su merced"— como una forma reverencial para dirigirse a un superior. De hecho, la forma "usted" moderna no es más que una abreviación del antiguo "vuestra merced": vuestra merced → vusted → usted.

    La forma "su merced" es muy común entre los campesinos del Altiplano y se oye muy a menudo en Bogotá. Aunque por lo general no goza de mucho prestigio social, funciona en muchas familias como una forma de extremo respeto pero, a la vez, de gran confianza. Por eso, para algunas personas es una forma de tratamiento reservada exclusivamente a los padres.

    El bogotálogo define sumercé de la siguiente manera: "pronombre personal, un tanto servil y en franco proceso de desaparición, empleado para dirigirse con modestia a los superiores". El supuesto servilismo de esta forma de tratamiento es relativo. De hecho, muchas personas perciben el "su merced" no como una forma reverencial sino más bien como una forma excesivamente informal que puede sonar abusiva. Por eso, no es recomendable usarla en intercambios comerciales o en contextos laborales.

    Algunos artistas amantes de la estética kitsch, como Andrea Echeverri, han adoptado la forma "sumercé" y, de tanto usarla, la han popularizado bastante entre ciertos bogotanos esnobs. Por eso, no estoy de acuerdo con el bogotálogo cuando afirma que el "sumercé" se encuentra en "franco proceso de desaparición".

  • Aunque en el español estándar el pronombre "tú" se usa con personas muy cercanas y es la forma privilegiada de tratamiento de confianza o familiaridad, en Bogotá se utiliza también, y muy a menudo, para expresar lo contrario: distancia y respeto. Así, a veces es preferible tutear al jefe, a los suegros o a los mayores que tratarlos de "usted". De hecho, en muchos contextos el pronombre "usted" suena rudo y grosero.

    También es común oír a los empleados de tiendas, bancos y demás establecimientos comerciales tutear a los clientes, como si este pronombre diera elegancia y distancia respetuosa a la comunicación. Los clientes, por su parte, también tutean a menudo a los empleados de establecimientos comerciales.

    Entre los jóvenes de la mayoría de las clases sociales el tuteo entre dos hombres se considera afeminado. Sin embargo, hay muchos bogotanos que tutean a sus amigos y colegas, aunque estos los traten a ellos de "usted". Hay que aclarar que, en la mayoría de los casos, esto no significa que exista entre los interlocutores un trato asimétrico.

  • Vos
  • Hay regiones colombianas como el Valle del Cauca y Antioquia donde la forma más común de tratamiento es el pronombre "vos". Este pronombre reemplaza en esas regiones al "tú" como forma de trato de confianza o familiaridad. De hecho, en ciudades como Cali o Medellín el "vos" es omnipresente en las calles, donde en contextos informales no sólo el "tú" es raro sino también el "usted".

    En Bogotá, el "vos" también se ha vuelto muy popular. Muchos de los que lo usan provienen de ciudades donde se vosea. Sin embargo, también hay personas que lo han adoptado caprichosamente porque les gusta o por una actitud esnob.

    Con todo, el voseo no es una práctica nueva en Bogotá. Hace muchos años los cachacos lo utilizaban de manera despectiva para dirigirse a personas de clase social baja como los gamines o los lustrabotas. Hoy en día, sin embargo, el uso del voseo en la ciudad no es peyorativo.

A la tierra que fueres, haz lo que vieres

Escoger una forma de tratamiento apropiada cuando se entabla una relación con alguien en Bogotá es muy difícil. Como lo demuestra este artículo, si existen normas, estas son idiosincráticas, arbitrarias y caprichosas, y la única manera de descubrirlas es estar muy atento a los pormenores del contexto comunicacional en que te encuentres.

En ese sentido, lo mejor es prestar primero mucha atención a tu interlocutor para determinar cómo te trata él a ti: ¿te tutea desde el principio? ¿te trata de "usted"? Por supuesto, también es fundamental observar atentamente el contexto donde se desarrolla la comunicación: ¿se trata de un entorno laboral? ¿están en la calle?¿en una fiesta?

En resumen, lo mejor es seguir el adagio popular que reza "a la tierra que fueres, haz lo que vieres". Si alguien te tutea, tutéalo tú también a él. Si te trata de "usted", haz lo mismo. Sin embargo, si sientes que las particularidades del contexto se te escapan, lo mejor es que te ciñas a las normas del español estándar. Así, trata de "usted" a un vendedor aunque este te trate a ti de "tú", o tutea sin miedo a un amigo, aunque este te trate a ti de "usted".

Quizás, para postular algo parecido a una regla en el caótico panorama de las formas de tratamiento en Bogotá, baste decir que aquí cada relación es particular y, por lo tanto, exige una forma de tratamiento específica. ¿Cuál? ¡Averigüelo, Vargas!

23.6.12

La crítica como resistencia

Imagen tomada de Tumiamiblog

El ciudadano espectador

Cuanto más nos adentramos en el siglo XXI, más claramente se evidencia la preponderancia de la imagen audiovisual en la sociedad. Vivimos en un mundo de pantallas. Las hay de todas las formas y tamaños imaginables: desde la enorme pantalla panorámica del Imax hasta la pequeña pantalla personal de un Blackberry o de un iPhone; pasando por las de los televisores y computadores que acompañan cotidianamente el desarrollo de nuestras vidas.

Últimamente, las pantallas han llegado incluso a invadir espacios tan íntimos como los baños de los bares y restaurantes, la parte trasera de los taxis y las góndolas donde se exhiben los productos en los supermercados. Es allí, en esa variada colección de ventanas al mundo, donde las imágenes audiovisuales en movimiento se están convirtiendo en uno de los puntos de referencia principales para la construcción de sentido en el mundo contemporáneo. El ciudadano actual puede ser muchas cosas, pero es ante todo un espectador.

Hacia una nueva definición de "crítico audiovisual"

En este contexto particular, la labor del crítico cinematográfico (o mejor, del crítico audiovisual) adquiere renovada importancia. Sin embargo, hay que definir lo que se entiende por “crítico”, así como las especificidades del ejercicio de la crítica audiovisual, pues existen a este respecto bastantes confusiones.

Cuando hablo de crítica, lo hago siempre en un sentido amplio. No me refiero únicamente a lo que hacen los comentaristas de periódico o de revista, los periodistas culturales o aquellos cuyo trabajo consiste en reseñar, comentar y “criticar” obras audiovisuales. Hablo más bien de la necesidad que tiene todo espectador de reaccionar ante un texto audiovisual, de comentarlo, de compararlo con otros textos así como con las experiencias vitales propias. Hablo de la urgencia que tenemos todos de interpretar lo que vemos en una película y de darle un sentido no solo dentro de los límites textuales de la película misma, sino también con respecto al contexto general del cine y del “mundo real”.

Por eso, tenemos que deshacernos de la definición simplista y trillada de “crítico” que esgrimen muchos para desacreditar este oficio: “aquel individuo frustrado que se dedica a hablar mal de obras que él mismo no es capaz de realizar”. La función de un crítico no es hablar mal de una obra, sino más bien examinarla minuciosamente para emitir un juicio serio y sustentado sobre la manera en que se interrelacionan la forma y los diversos niveles de significado presentes en ella.

Si hay una diferencia entre el ejercicio informal de la crítica y el quehacer de un crítico “profesional” —además de la utilización sistemática que hace este último de un repertorio importante de herramientas de análisis fílmico — esta radica en la utilización de la palabra escrita. “Cuando digo crítica,” escribe T.S. Elliot en La función de la crítica (1923), “me refiero naturalmente en este lugar al comentario y exposición de obras de arte por medio de la palabra escrita”. El buen crítico es aquel capaz de crear un texto nuevo, sugerente y esclarecedor, a partir de una obra ya existente. Por eso, no resulta exagerado afirmar que todo buen crítico es un creador, así como todo buen artista debe ser ante todo un buen crítico.

Sin embargo, pese a la importancia de los críticos, es necesario desmitificar su labor. En el mundo actual, esta profesión no puede seguir siendo el privilegio de una casta de conocedores cuyo trabajo consiste en hacer que sus películas y directores favoritos se conviertan en fetiches. Más bien, deben procurar que el público aprenda a ver y a escuchar mejor, para lograr que los espectadores comunes se vuelvan más activos y sofisticados.

El espectador-cineasta

Todo espectador es un crítico potencial. François Truffaut, en su artículo “¿Con qué sueñan los críticos?” (1975), nos recuerda que en Hollywood se solía decir que, “toda persona tiene dos oficios: el suyo propio y comentar películas”. El oficio de comentarista de películas, que ejercemos todos, es hoy más relevante que nunca. Por eso, es responsabilidad del crítico profesional contribuir para que el espectador común refine sus ojos, sus oídos y las herramientas con que cuenta para interpretar las películas que consume.

En su artículo “Especificidad del cine” (1973), Andrés Caicedo presenta el sugestivo concepto de “espectador-cineasta”. Se trata de un espectador “interesado en el cine en cuanto a estructura”, que “aprende a mirar no solamente el objeto filmado sino lo invisible: la cámara”. Además, el espectador-cineasta “intenta atrapar, en esa forma definitiva y autónoma que es el filme durante la proyección, el momento de puesta en escena, que es también concepto, y el definitivo para el acercamiento crítico a cualquier filme”.

Creo que la labor de todo crítico profesional contemporáneo debe tener como horizonte —por utópico que suene— la formación de una generación de verdaderos espectadores-cineastas.

Prejuicios comunes

Algunos alumnos me preguntan ansiosos, al comienzo de mi Curso de Apreciación Cinematográfica, si la adquisición de herramientas de análisis fílmico no va necesariamente en detrimento del goce “inocente” de las películas que ellos suelen ver. También les preocupa que su transformación en espectadores-cineastas acarree una “contaminación irreversible” de su gusto cinematográfico.

Estos temores son infundados. El conocimiento de la forma cinematográfica no arruina el goce estético sino que, por el contrario, lo amplifica, pues permite adentrarse en los diversos niveles de significado que dan riqueza, profundidad y relevancia a las películas.

La “contaminación irreversible” del gusto sí ocurre, y es fundamental que ocurra. En esa “contaminación” reside una de las labores fundamentales de la crítica: la formación del gusto. Cuanto mejor conoce el espectador una forma artística como el cine, más exigente y refinado se vuelve. Esto redunda en un mejoramiento de las obras, pues todo cineasta es, primero y ante todo, un buen espectador de cine.

La crítica como espacio de resistencia

Con la práctica sistemática de la crítica, el espectador-cineasta no tarda en descubrir que no existen “películas inocentes”. Todo filme es un artefacto: es concebido, financiado, realizado y distribuido por gente que tiene intereses económicos e ideológicos. A causa de la fuerte impresión de realidad que produce, el audiovisual suele imponerse a las facultades perceptivas y cognitivas del observador de manera contundente. “El cine, de todas las artes, es la que más dificultades pone para adoptar ante ella un mecanismo de distanciamiento”, escribe Andrés Caicedo.

Las películas nos atrapan sin dificultad, como los sueños, y gracias a la suspensión de la incredulidad que generan en nosotros, nos hacen viajar muy lejos. En ese proceso, los textos audiovisuales nos imponen, subrepticiamente, valores, sistemas morales y visiones de mundo. Si bien el espectador desinformado y cándido no es tan pasivo como se pensó en alguna época, tampoco tiene herramientas útiles para preguntarse desde dónde hablan y para quién trabajan los que hacen las películas y los programas de televisión que él consume. Solo un espectador-cineasta posee estrategias de lectura que le permiten no solo gozar plenamente de los textos audiovisuales desde un punto de vista estético y narrativo, sino también deconstruirlos y comprenderlos como estructuras conceptuales y descubrir las imposturas que muchos de ellos vehiculan. Hoy en día, el crítico tiene el delicado trabajo de promover esta transformación de los ciudadanos comunes y corrientes en espectadores-cineastas.

No podemos seguir permitiendo que los grandes monopolios de las telecomunicaciones, basados solamente en las fluctuaciones del mercado, sigan siendo los únicos autorizados para formar el gusto de los espectadores. Afortunadamente, los nuevos medios, la revolución digital y el internet, han abierto puertas para que los realizadores, los críticos y los espectadores comiencen a dialogar y se transformen mutuamente. Gracias a las nuevas redes de información y a los diálogos que éstas permiten, los ciudadanos pueden ahora formarse un criterio sólido para el consumo serio y responsable de productos audiovisuales. Esta es, quizás, la única manera de resistir al bombardeo constante de mensajes audiovisuales al que nos someten los medios contemporáneos. En un mundo saturado de imágenes en movimiento, la crítica está llamada a convertirse en el principal espacio de resistencia.

(Jaime Correa, marzo de 2010)

12.6.12

Recurso para el AP Spanish Literature: El ahogado más hermoso del mundo

En el siguiente video se analiza el cuento El ahogado más hermoso del mundo (Gabriel García Márquez, 1968). Dicho cuento pertenece a la lista oficial del AP Spanish Literature.

El video análisis fue realizado en mayo de 2012 por las estudiantes Luisa María Carvajal, Camila Liévano, Gabriela Medina y Daniela Torres como proyecto final del curso AP de Literatura Hispanoamericana del Colegio Los Nogales de Bogotá.


11.6.12

"Volver a repetir" es una redundancia

Foto: Shark

La perífrasis verbal "volver a + infinitivo" es muy común en español. Sirve para expresar la repetición de un proceso o la restitución de algo a un estado anterior:

  1. Repetición de un proceso: Mario leyó el periódico por la mañana y lo volvió a leer por la tarde.
  2. Restitución de algo a un estado anterior: Con cuidado, tomó el libro de la mesa, lo examinó y lo volvió a dejar donde estaba.

"Volver a repetir": fórmula redundante

Cuando "volver a" se utiliza para aludir a la repetición de un proceso, no es necesario añadirle, en el infinitivo, verbos que refuercen esta idea.

Por eso, la expresión "volver a repetir" es incorrecta. Si la expresión "volver a" significa repetir una acción, completarla con "repetir" (que significa lo mismo) es redundante:

  • Para los que estaban distraídos, vuelvo a repetir la información.
  • Nunca más vuelvas a repetir esas estupideces.
  • ¿Puedes volver a repetir lo que me dijiste?

Las oraciones anteriores deberían entonces formularse de la siguiente manera:

  • Para los que estaban distraídos, repito la información.
  • Nunca más vuelvas a decir esas estupideces.
  • ¿Puedes repetir lo que me dijiste?

7.6.12

El español según Neruda

"Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos... Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las babas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras".

(Confieso que he vivido, Pablo Neruda, 1974)

27.5.12

No abusemos del verbo "manejar"

En Colombia, se ha extendido mucho el uso del verbo "manejar" en situaciones donde no es pertinente.

Se trata, sin duda, de la popularización de la jerga que utilizan los vendedores de carros. Para ellos, y para muchos vendedores de otros tipos de bienes y servicios, el verbo "manejar" se ha convertido en una muletilla.

Cualquiera que haya entrado a un concesionario de carros ha tenido que escuchar oraciones como las siguientes:

  • Esta versión del carro maneja vidrios eléctricos pero no maneja desempañador eléctrico.
  • Nosotros no manejamos la versión de lujo de este modelo.

Estos usos errados de "manejar" —patrocinados por vendedores que están convencidos de que este verbo hace que su discurso suene más elegante— se han vuelto comunes en otros tipos de establecimientos comerciales:

  • En este restaurante no manejamos cervezas extranjeras.
  • Nuestra librería no maneja libros de Alfaguara.

"Manejar" no es sinónimo de "tener" o "vender"

En todos los ejemplos anteriores, se utiliza el verbo "manejar" como si fuera sinónimo de verbos como "tener", "vender" o "distribuir". Por eso, estas oraciones serían más precisas (y elegantes, si de eso se trata) si se enunciaran de la siguiente manera:

  • Esta versión del carro tiene vidrios eléctricos pero no cuenta con desempañador eléctrico.
  • Nosotros no vendemos la versión de lujo de este modelo.
  • En este restaurante no vendemos cervezas extranjeras.
  • Nuestra librería no distribuye libros de Alfaguara.

Significados correctos del verbo "manejar"

Según el Diccionario Clave, estos son los significados principales de la palabra "manejar":

  1. Usar o utilizar, esp. si se hace con las manos: Este sastre maneja muy bien las tijeras.
  2. Gobernar o dirigir: Maneja con mano de hierro todos los negocios familiares.
  3. En zonas del español meridional, conducir: Voy a aprender a manejar.
  4. prnl. Desenvolverse o moverse con agilidad, esp. después de haber tenido un impedimento: Aún no estoy recuperada, pero ya me manejo bastante bien.

12.5.12

El libro electrónico sin misterios

Acabas de comprar un e-reader o estás pensando seriamente en dar el salto a la lectura digital. Supón que ya tienes el aparato en tu poder. Sientes que por fin te has puesto al día: el libro electrónico o e-book ya no es un tema esotérico de conversación sino una realidad.

Sin embargo, desde el momento en que desempacas tu e-reader te asaltan las dudas: ¿Y ahora qué? ¿Cómo programo este aparato? ¿Dónde puedo encontrar libros en español? ¿Qué programa debo usar para organizar mis bibliotecas electrónicas? ¿Tengo que comprar todos los e-books o hay libros gratuitos en línea? ¿Es posible leer PDFs en mi e-reader?

En este artículo encontrarás respuestas claras a estas preguntas. Los consejos y recomendaciones que vienen a continuación están basados en mi experiencia personal como lector de libros electrónicos. He notado, por conversaciones que he tenido con otros usuarios de los e-books, que la migración hacia este tipo de lectura no es transparente.

Muchas personas, por falta de información o de pericia, terminan archivando sus dispositivos electrónicos de lectura a los pocos días de haberlos comprado. La emoción de la novedad da paso a la frustración y esta desemboca en la renuncia. Todo lo anterior lleva a que muchos usuarios no logren sacarle el jugo a una tecnología versátil e innovadora que está cambiando la manera de leer en todo el mundo.

¿Qué dispositivo escoger?

La cantidad de marcas y de e-readers que hay en el mercado puede resultar abrumadora para los usuarios. Aquí no haremos un recorrido técnico por los diferentes productos que existen. Más bien, nos concentraremos en los criterios básicos para escoger un buen lector electrónico.

Diferencias entre un e-reader y un e-book

  • Un e-reader o lector de libros electrónicos es un dispositivo electrónico (un aparato) que sirve para leer libros en formato digital. Se trata entonces de un soporte de lectura, es decir, de un objeto en cuya superficie se registran las palabras que vamos a leer. Como un libro tradicional, un e-reader es transportable. A diferencia de un libro tradicional, puede contener muchísimos textos diferentes en lugar de uno solo. Así, un e-reader es una verdadera biblioteca digital portátil.
  • Un e-book o libro electrónico, en cambio, es una versión digital de un texto o de una obra literaria: novela, obra de teatro, ensayo, etc. Los e-books son los títulos que se pueden leer en un e-reader. Se trata de archivos digitales que no son muy pesados: en un Kindle con dos gigas de capacidad de almacenamiento caben aproximadamente 1600 libros electrónicos.

¿Leer libros o hacer de todo?

Si eres buen lector y quieres un aparato solo para leer libros, lo mejor es que compres un e-reader que utilice la tecnología de la tinta electrónica. Si quieres ver películas, navegar en internet, leer blogs, revistas y periódicos digitales, es preferible que adquieras una tableta.

  • Tinta electrónica
  • La diferencia entre un lector electrónico y una tableta radica en el funcionamiento de la pantalla.

    En los e-readers de tinta electrónica, como el Kindle o el Nook, la pantalla no emite luz. Por lo tanto, para leer en estos aparatos necesitas luz reflejada: una lámpara o la luz del sol.

    Gracias a esto, la experiencia de lectura en los e-readers es muy similar a la que proporciona la lectura sobre papel. Los ojos no se cansan y puedes leer por horas. Además, por su bajo consumo de electricidad, la carga de la batería de estos aparatos dura mucho tiempo (aproximadamente 3 semanas en el caso del Kindle).

    La desventaja de esta tecnología es que, en su estado actual de desarrollo, no sirve para ver imágenes a color. Por consiguiente, leer libros de arte o cómics en un e-reader puede resultar algo frustrante. Sin embargo, si lo que quieres es leer libros sin ilustraciones, un e-reader es la mejor opción.

  • Pantalla tradicional
  • La pantalla de una tableta, en cambio, como la de cualquier computador, emite luz y reproduce una amplia gama de colores. Aunque también puedes leer e-books en las tabletas, la experiencia de lectura en estos aparatos es menos cómoda que en un e-reader de tinta digital. Además, la carga de la batería no dura mucho tiempo.

    Las tabletas, como el iPad o el Kindle Fire, son ideales para leer contenidos multimedia. Esa es su gran ventaja. Sin embargo, si buscas que tu experiencia de lectura digital sea similar a la de leer un libro tradicional en papel, las tabletas no cumplirán ese propósito.

¿Cómo organizar mi biblioteca digital?

Para sacarle todo el jugo posible a tu e-reader y a tus e-books es fundamental que instales en tu computador un programa para la gestión y organización de tus bibliotecas digitales.

Estos programas, conocidos como gestores de libros electrónicos, te permiten manejar tu biblioteca electrónica de manera similar a como manejas tu música y tus videos con programas como iTunes o Windows Media Player.

Con un gestor de libros electrónicos puedes organizar tu biblioteca como te plazca: por autores, géneros, año de publicación, etc. Además, puedes modificar la portada o los metadatos de los libros que descargues. Estos programas también te permiten convertir libros digitales de un formato a otro para poder leerlos en diferentes e-readers.

Una de las grandes ventajas de los gestores de libros electrónicos es que te permiten mantener una copia de seguridad de tu biblioteca digital. Así, si extravías tu e-reader (o si se te daña), no perderás tu preciada colección de libros digitales. Para recuperar tus libros, solo tendrás que comprar un nuevo lector digital y sincronizarlo con tu programa de gestión de e-books.

Hay dos gestores gratuitos de libros digitales que son muy recomendables: Calibre y Adobe Digital Editions. Yo utilizo Calibre y estoy muy satisfecho. [Haz clic aquí para encontrar varios gestores de libros electrónicos gratuitos].

¿Es posible leer PDFs en mi e-reader?

El formato PDF es universal y casi todos los e-readers nuevos lo leen sin ningún problema. Sin embargo, el PDF no es un formato tan versátil como otros tipos de formatos de e-book (epub, mobi, azw, etc.). Mientras los otros formatos te permiten modificar el tamaño de letra, los PDFs aparecen en tu e-reader como una foto cuya diagramación no se puede modificar.

Sin embargo, puedes convertir tus PDFs a otros formatos que permitan una lectura más cómoda en tu e-reader usando Calibre. También recomiendo el programa gratuito Mobi Pocket Creator para crear e-books a partir de PDFs. Es un programa muy útil ya que en internet hay muchísimos libros electrónicos gratuitos en formato PDF.

Además, puedes usar Mobi Pocket Creator para crear tus propios e-books a partir de tus archivos en word. Así, cualquier escrito tuyo (ensayos, tesis, artículos, etc.) se puede transformar fácil y rápidamente en un e-book.

¿Dónde encontrar e-books gratuitos en español?

Una de las cosas que desaniman a los nuevos usuarios de e-readers es la idea de que tendrán que comprar todos sus e-books. Esto no es tan cierto pues hay muchísimos libros electrónicos que pertenecen al dominio público y, por lo tanto, se pueden descargar gratuitamente.

A continuación aparece una lista de sitios internet donde puedes encontrar e-books gratuitos en nuestra lengua:

  • Amazon
  • Amazon tiene una amplia oferta de libros electrónicos gratuitos en español. Para acceder a ellos tienes que abrir una cuenta de usuario. Allí encontrarás versiones electrónicas de libros clásicos de nuestra lengua como Don Quijote, La vida es sueño, Historia de la vida del Buscón o La Celestina, por no nombrar más que unos cuantos.

  • Proyecto Gutenberg en español
  • Se trata de una enorme biblioteca digital con títulos de dominio publico. Aunque la mayoría de los libros están en inglés, también hay bastantes obras en español.

  • Manybooks en español
  • En este sitio puedes descargar libros electrónicos gratuitos en muchos formatos para diversos e-readers.

  • Feedbooks dominio público
  • Amplia selección de e-books gratuitos en español.

  • Librodot.com
  • Excelente colección de libros digitales que se pueden descargar en varios formatos. Hay muchos en PDF.

6.5.12

¿Neva o nieva?: verbos con irregularidades vocálicas

Los verbos españoles son bastante irregulares. Sin embargo, los hispanohablantes somos poco conscientes de ello, pues hemos aprendido a dominar la conjugación a fuerza de práctica. Por eso, olvidamos a menudo cuán difíciles pueden llegar a ser algunos de los verbos de nuestra lengua.

Cuando un verbo irregular es de uso común, aprendemos a conjugarlo correctamente en el día a día sin preocuparnos mucho por sus irregularidades. Es el caso de verbos como hacer, ir o poner.

No obstante, hay otros verbos irregulares de uso no tan común que terminan volviéndose confusos. Así, cuando la mayoría de la gente los utiliza, lo hace incorrectamente. Como son pocos los que se preocupan por estudiar a fondo el español, estos errores de conjugación terminan extendiéndose por clases sociales, regiones o países y, en algunos casos, se convierten en la norma para muchas personas.

Algunos verbos problemáticos

En los siguientes ejemplos, todos los verbos están mal conjugados:

  • En Madrid casi nunca neva.
  • El agua herve a 100 grados centígrados.
  • ¡No apretes mucho esa tuerca!
  • Él nunca se cola en la fila de la cafetería.
  • Su actitud me forza a tomar medidas drásticas.
  • Tengo que ponerte un yeso para que los huesos solden.
La forma correcta de los verbos anteriores es la siguiente:
  • En Madrid casi nunca nieva.
  • El agua hierve a 100 grados centígrados.
  • ¡No aprietes mucho esa tuerca!
  • Él nunca se cuela en la fila de la cafetería.
  • Su actitud me fuerza a tomar medidas drásticas.
  • Tengo que ponerte un yeso para que los huesos suelden.

Las irregularidades vocálicas

1. Transformación de "e" en "ie"

Los verbos anteriores presentan irregularidades en las vocales. En el caso de nevar, hervir y apretar, la vocal "e" del infinitivo se transforma en el diptongo "ie" en todas las formas del singular y en la tercera forma del plural del presente del indicativo y del subjuntivo, así como en la segunda persona del imperativo.

Ejemplo: verbo apretar

Presente del indicativo
Yo aprieto
Tú aprietas
Él aprieta
Nosotros apretamos
Vosotros apretáis
Ellos aprietan
Presente del subjuntivo
Yo apriete
Tú aprietes
Él apriete
Nosotros apretemos
Vosotros apretéis
Ellos aprieten
Imperativo
--
(Tú) aprieta
(Ud.) apriete
(Nosotros) apretemos
(Vosotros) apretad
(Uds.) aprieten

Otros verbos que se conjugan como apretar

[Los verbos que tienden a generar más dudas aparecen en letra negrilla].
Acertar, acrecentar, alentar, arrendar, asentar, atravesar, calentar, cegar, cerrar, comenzar, concertar, confesar, denegar, desalentar, desenterrar, despertar, emparentar [*se admiten las dos formas: emparento o empariento], empezar, encerrar, encomendar, enmendar, ensangentar, enterrar, escarmentar, fregar, gobernar, helar, manifestar, mentar, merendar, negar, nevar, pensar, plegar, quebrar, recomendar, regar, remendar, restregar, segar, sembrar, sentar, temblar, tentar, tropezar.

2. Transformación de "o" en "ue"

En el caso de colar, forzar y soldar, la vocal "o" del infinitivo se transforma en el diptongo "ue" en todas las formas del singular y en la tercera forma del plural del presente del indicativo y del subjuntivo, así como en la segunda persona del imperativo.

Ejemplo: verbo forzar

Presente del indicativo
Yo fuerzo
Tú fuerzas
Él fuerza
Nosotros forzamos
Vosotros forzáis
Ellos fuerzan
Presente del subjuntivo
Yo fuerce
Tú fuerces
Él fuerce
Nosotros forcemos
Vosotros forcéis
Ellos fuercen
Imperativo
--
(Tú) fuerza
(Ud.) fuerce
(Nosotros) forcemos
(Vosotros) forzad
(Uds.) fuercen

Otros verbos que se conjugan como forzar

[Los verbos que tienden a generar más dudas aparecen en letra negrilla].
Acostar, almorzar, aprobar, avergonzar, colar, colgar, comprobar, concordar, contar, costar, degollar, demostrar, descolgar, desconsolar, descontar, despoblar, encontrar, mostrar, poblar, probar, recordar, recostar, reforzar, renovar, rodar, soldar, soltar, sonar, soñar, tostar, trocar, tronar, volar, volcar.

2.5.12

La tilde en monosílabos: problemas comunes

La regla es muy sencilla: los monosílabos —palabras de una sola sílaba— no llevan tilde en español.

Sin embargo, hay parejas (o tríos) de palabras monosílabas que, aunque tienen la misma pronunciación, poseen significados diferentes.

Para diferenciar dichas palabras en la lengua escrita existe la tilde diacrítica, un signo ortográfico que tiene como función ayudarnos a identificar el significado preciso de una palabra cuando hay riesgo de confusión.

Por desgracia, cada vez menos personas se preocupan por utilizar la tilde diacrítica, lo cual genera ambigüedad en la lengua escrita y hace que los textos pierdan claridad.

Aparecen a continuación las principales palabras monosílabas que se pueden prestar a confusión.

Tú y tu


Pronombre personal:
Tú eres muy importante para nosotros.
Tú y yo lograremos grandes cosas.
tu
Posesivo:
Nos gusta la calidad de tu trabajo.
Tu casa y mi casa son parecidas.

Él y el

él
Pronombre personal:
Él viene todos los días.
Él vendió la casa.
el
Artículo:
El libro es muy caro.
El vecino te llamó.

Sí y si


1. Adverbio de afirmación:
Sí, aún te quiero.
Dijo que sí.
2. Pronombre personal:
Pedro habla mucho de sí mismo.
3. Sustantivo :
¿Cuándo me vas a dar el sí?
si
1. Conjunción (con valor condicional):
Si fuera rico, compraría la casa.
Si dices la verdad, te irá bien.
2. Sustantivo (nota musical):
¿Puedes transportar la canción a si mayor?



Mí y mi


Pronombre personal:
¡Esa mujer no es para mí!
¡Yo me valgo por mí mismo!

mi
1. Posesivo:
Mi auto está fallando.
2. Sustantivo (nota musical):
La primera cuerda es un mi.

Té y te


Sustantivo (planta y bebida):
Prefiero el té al café.
El mejor té viene de la India.


te
1. Pronombre personal:
No te pude llamar.
¿Te das cuenta de lo que está pasando?
2. Sustantivo (letra):
¡Esa te debe ir en minúscula!

Dé y de


Forma del verbo "dar":
¡No me dé explicaciones!
Ellos quieren que les dé más tiempo.


de
1. Preposición:
Yo no soy de Madrid.
Vengo de mi casa.
2. Sustantivo (letra):
¡Esa de te quedó fea!

Sé y se


1. Forma del verbo "ser":
¡Sé más respetuoso!
2. Forma del verbo "saber":
Yo no sé hablar ruso.


se
Pronombre (con distintos valores):
No se lo dije.
¿Se lavó bien las manos?
Aquí se habla español.
Se hacen pasteles.


Más y mas

más
1. Cuantificador (adverbio, adjetivo, conjunción, etc.):
Él habla más rápido que yo.
¡Que no se hable más!
Yo tengo más experiencia que tú.
Dos más dos son cuatro.

mas
Conjunción adversativa equivalente a "pero":
Quiero ir, mas no contigo.





Ejercicios

Si quieres practicar el uso de la tilde diacrítica en monosílabos, haz los ejercicios del portal Reglas de ortografía.

20.3.12

El español: ¿lengua sexista?

En días pasados, se abrió en España un interesante debate sobre el carácter sexista de la lengua española con la publicación, en el periódico El país, del artículo "Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer" de Ignacio Bosque, miembro de la Real Academia Española.

El artículo ha generado una polémica nacional sobre qué se puede hacer y qué no, desde la lengua, para mejorar la situación de la mujer en la sociedad española actual. Es fundamental que este debate se extienda, sin demora, a todos los países de habla hispana.

Crítica a las guías de lenguaje no sexista

En su artículo —impecable desde un punto de vista académico— Bosque crítica una serie de guías de lenguaje no sexista publicadas por diferentes instituciones públicas y privadas de España en los últimos años. Uno de los principales defectos de estas guías, según Bosque, es que durante su elaboración no se tuvo en cuenta la opinión de los lingüistas:

Aunque se analizan en ellas no pocos aspectos del léxico, la morfología o la sintaxis, sus autores parecen entender que las decisiones sobre todas estas cuestiones deben tomarse sin la intervención de los profesionales del lenguaje, de forma que el criterio para decidir si existe o no sexismo lingüístico será la conciencia social de las mujeres o, simplemente, de los ciudadanos contrarios a la discriminación ("Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer").

Las guías que examina Bosque —las cuales participan de la tendencia actual, de inspiración anglosajona, hacia lo políticamente correcto— buscan evitar que los usuarios del español discriminen a las mujeres. Para lograrlo, promueven prácticas que contradicen el principio de economía de la lengua.

Por ejemplo, cuando digo más arriba: "Las guías [...] buscan evitar que los usuarios del español discriminen a las mujeres"; se me podría acusar, por la manera en que está redactada la oración, de "invisibilizar" a las mujeres. En ese caso, según muchas de las guías, yo tendría que haber optado por alguna de las siguientes formas:

  • "Las guías [...] buscan evitar que los usuarios y las usuarias del español discriminen a las mujeres".
  • "Las guías [...] buscan evitar que los/as usuarios/as del español discriminen a las mujeres".
  • "Las guías [...] buscan evitar que l@s usuari@s del español discriminen a las mujeres".

Todas estas opciones se caracterizan por complicar la comunicación al introducir enumeraciones innecesarias (los usuarios y las usuarias), signos superfluos (los/as) o grafías que nunca se han utilizado en español para marcar diferencias de género (l@s usuari@s).

La "visibilización" de la mujer: corazón del debate

Habría que preguntarse en qué medida todas estas "soluciones", que dificultan la comunicación, hacen avanzar la lucha de las mujeres por alcanzar la igualdad con los hombres. Nadie medianamente inteligente podría negar que aún queda mucho camino por recorrer en ese sentido. Es escandaloso —y Bosque es el primero en reconocerlo— que las mujeres sigan siendo víctimas, a diario, de discriminación salarial, violencia de género, acoso sexual y moral, cosificación publicitaria, etc. Y esto no solo en España sino en todo el mundo.

Sin embargo, la manera en que las guías de lenguaje no sexista tratan de atacar estos males puede resultar contraproducente. Todas ellas buscan, como nos lo recuerda Bosque, "extender la igualdad social entre hombres y mujeres, y lograr que la presencia de la mujer en la sociedad sea más visible". Por eso, estas obras están construidas sobre una retórica basada en las palabras "visible, visibilidad, invisibilidad, visibilizar o visibilización".

La definición que da el DRAE de la palabra "visibilizar" pone de manifiesto los riesgos que puede correr nuestra lengua si se obsesiona con la idea de visibilizar, a ultranza, a la mujer. Según el diccionario, "visibilizar" significa "hacer visible artificialmente lo que no puede verse a simple vista [...]". ¿Hacer tanto énfasis en "visibilizar" a la mujer dentro de las estructuras de la lengua no implica crear para ella una suerte de lugar "artificial" en el imaginario de los hispanohablantes? ¿Acaso decir "todos y todas" es garantía de que las mujeres dejarán de ser discriminadas en el mundo real?

Una manera de hablar artificial (y artificiosa), como la que proponen las guías de lenguaje no sexista, en lugar de garantizar la conquista de un estatus real de igualdad para la mujer, solo servirá para acallar las conciencias y generar una falsa sensación de ecuanimidad entre muchos hombres (y mujeres) que de hecho no creen en el feminismo. A la larga, eso solo contribuirá a perpetuar el sexismo. Ocurrirá algo similar a lo que pasa en países como Colombia, donde muchas personas creen que usar los términos "afrocolombiano" o "afrodescendiente" en lugar de "negro" basta para garantizar la inclusión social de las negritudes y la superación del racismo atávico y soterrado que nos caracteriza como nación.

Una confusión entre género y sexo

Desde un punto de vista lingüístico, el principal error que cometen las guías de lenguaje no sexista es confundir el género, que funciona en la lengua como una categoría gramatical, con el sexo, entendido como condición orgánica en el mundo real. Según Bosque, el principal problema de los abanderados de la "visibilización" de la mujer en la lengua:

Consiste en suponer que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua han de hacer explícita sistemáticamente la relación entre género y sexo, de forma que serán automáticamente sexistas las manifestaciones verbales que no sigan tal directriz, ya que no garantizarían “la visibilidad de la mujer” ("Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer").

Si los hispanohablantes nos pusiéramos de acuerdo para aceptar esta premisa, tendríamos que renunciar a un rasgo de nuestro idioma que, como nos lo recuerda Bosque, "está firmemente asentado en el sistema gramatical del español". Se trata del "uso no marcado (o uso genérico) del masculino para designar los dos sexos". Así, cuando decimos "todos", se sobreentiende que nos referimos a "todos y todas". De igual manera, cuando alguien dice: "Mis padres son muy estrictos", sabemos automáticamente que se está refiriendo a su padre y a su madre.

Esta característica de nuestra lengua garantiza una economía de palabras sin la cual sería muy difícil comunicarse. Renunciar a ella nos obligaría a enfrentarnos, cotidianamente, a textos tan extravagantes como el siguiente fragmento de la constitución de la Républica Bolivariana de Venezuela que cita Bosque en su artículo:

Sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidente o Presidenta y Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional, magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Procurador o Procuradora General de la República, Contralor o Contralora General de la República, Fiscal General de la República, Defensor o Defensora del Pueblo, Ministros o Ministras de los despachos relacionados con la seguridad de la Nación, finanzas, energía y minas, educación; Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de los Estados y Municipios fronterizos y de aquellos contemplados en la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional.

La responsabilidad de los profesores

Nos corresponde, hoy, decidir cómo van a hablar y a escribir el español las próximas generaciones de hispanohablantes. El artículo de Bosque pone el dedo en la llaga y demuestra que este es un tema que no da espera. Se trata, sin duda, de una lucha ideológica en la cual todos (hombres y mujeres, por supuesto) tenemos que tomar partido. Bosque escribe:

El profesor de Lengua deberá decidir, como es lógico, qué normas explica en sus clases. Habrá de pensar si recomienda a sus alumnos que escriban l@s niñ@s (como se sugiere en AND-37), l@s actores/as normalmente involucrad@s (como se propone en UGT-33) y alumn@s o funcionari@s (como se recomienda en UPM-17), o deberá, por el contrario, pedir a sus alumnos que eviten estas expresiones, tal como recomienda la RAE, junto con todas las gramáticas normativas y los manuales de estilo de los medios de comunicación ("Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer").

Lograr que las mujeres alcancen la igualdad social con los hombres es un problema que nos compete a todos. Pero también nos compete evitar que el español se convierta en una lengua rebuscada a causa de un feminismo superficial y afectado que está comenzando a permear muchos sectores de la sociedad.

Todos los profesores, no solo los de lengua, tenemos una gran responsabilidad en este asunto. Tenemos que definir claramente, con nuestros colegas y estudiantes, en qué casos el español se vuelve sexista a fin de aplicar los correctivos necesarios.

Sin embargo, también tenemos que evitar caer en la paranoia del feminismo recalcitrante, ese que promueve palabras como "sujeta" y "miembra" y ve conspiraciones machistas en todo sustantivo y adjetivo que no se desdoble para señalar explícitamente la presencia de la mujer en la lengua.

Texto completo del artículo "Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer" de Ignacio Bosque

Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer

27.2.12

Qué difícil es hablar el español

La canción Qué difícil es hablar el español, de los hermanos Juan Andrés y Nicolás Ospina, propone, en clave de humor, un recorrido interesante e instructivo por algunas de las diferencias de léxico que dificultan la comunicación entre los hispanohablantes provenientes de distintos países.

18.2.12

¿"A causa de..." o "gracias a..."?

Las formas "a causa de..." y "gracias a..." sirven para expresar causalidad en español. Ambas tienen un significado más o menos equivalente al de la forma "debido a...". Sin embargo, estas dos expresiones no pueden ser utilizadas de manera intercambiable.

Por eso, es un error decir:

  • No pude visitarte gracias a la lluvia.
  • Aprendí mucho a causa del profesor.
  • Tendrá muchos problemas gracias a su egoísmo.
  • Pudo comprar la casa a causa de sus ahorros

En estos casos, debió decirse:

  • No pude visitarte a causa de la lluvia.
  • Aprendí mucho gracias al profesor.
  • Tendrá muchos problemas a causa de su egoísmo.
  • Pudo comprar la casa gracias a sus ahorros.

"A causa de...": causa negativa

Si quieres expresar una causa negativa, debes usar la forma "a causa de...". Esta forma es equivalente a la expresión "por culpa de...".

Ejemplos:

  • Los precios de los apartamentos están imposibles a causa de la burbuja inmobiliaria.
  • El mundo tendrá graves problemas sociopolíticos en el siglo XXI a causa del calentamiento global.
  • María reprobó el curso a causa de su pereza.
  • Suspenderán el campeonato de fútbol a causa de la violencia de los fanáticos.

En estos casos, evita usar "gracias a..." pues esta expresión remite exclusivamente a una causa positiva.


"Gracias a...": causa positiva

Si quieres expresar una causa positiva, debes usar la forma "gracias a...". Como nos lo recuerda el DRAE, "gracias a..." significa: "por causa de alguien o algo que produce un bien o evita un mal".

Ejemplos:

  • La economía ha comenzado a recuperarse gracias a las medidas urgentes que tomó el gobierno el año pasado.
  • Gracias al apoyo de la ciudadanía, las autoridades lograron desactivar un carro bomba.
  • María aprobó el curso gracias a su perseverancia y compromiso.
  • He bajado de peso gracias a la dieta que me recomendaste.

En estos casos, evita usar "a causa de..." pues esta expresión remite exclusivamente a una causa negativa.

11.2.12

Novedades de la Ortografía de la lengua española (2010)

El pasado 17 de diciembre de 2010, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) presentaron la última edición de la Ortografía de la lengua española . Esta nueva edición ─que remplaza la de 1999─ es el manual ortográfico más completo y ambicioso que hayamos tenido jamás los hispanohablantes.

Se trata de un libro de 700 páginas donde aparecen todas las reglas de ortografía que hay que saber para escribir correctamente. Una de las cosas más interesantes de esta edición es su introducción. En ella, se explica qué es la ortografía y para qué sirve. También se hace un recorrido apasionante por la historia de las palabras de nuestra lengua. Allí se aprende no solo cómo han cambiado las reglas ortográficas a través del tiempo sino también cómo ha evolucionado la pronunciación del español.

La nueva Ortografía de la lengua española presenta algunas reformas que han sorprendido a muchos y que debemos comenzar a asimilar. Por ejemplo, la Academia recomienda que las letras de nuestro alfabeto reciban un solo nombre en todos los países de habla hispana. Antes, la b era conocida como be, be larga o be alta. La v se llamaba uve, be baja, be corta o be chiquita. Ahora, se deberán llamar be (b) y uve (v) únicamente. La w se llamará solamente uve doble. La y podrá llamarse solo ye y no y griega. Estas reformas buscan facilitar la comunicación entre los hispanohablantes de regiones diferentes.

También se han eliminado tildes. De ahora en adelante la palabra “guion” ─que antes podía escribirse con o sin tilde ─ solo podrá escribirse sin tilde. Del mismo modo, palabras como “solo”, “este”, “ese”, etc. se escribirán siempre sin tilde sin importar su función. También desaparece por completo la tilde sobre la o cuando esta separa cifras. Así, ahora se debe escribir 3 o 10 (y no 3 ó 10).

Novedades de la Ortografía de la lengua española

En el siguiente documento, elaborado por Fundeu, se presentan de manera sucinta los cambios que ha introducido la Ortografía de la lengua española. Es importante que los hispanoparlantes conozcamos estas reformas. ¡Revisa el documento y compártelo!

Fundeu Novedades Ortografía

1.2.12

Guía para el análisis de la narración como sistema formal

Adaptado de David Bordwell and Kristin Thompson, Film Art: An Introduction (Eighth Edition) (New York: McGraw-Hill, 2008) (Traducción del profesor).

  1. ¿Qué eventos de la historia nos son presentados directamente en la trama y cuáles debemos sobreentender o inferir?
  2. ¿Cuál es el primer evento de la historia del cual nos enteramos? ¿Cómo se relaciona dicho evento con eventos posteriores a través de una cadena de causas y efectos?
  3. ¿Cómo se relacionan temporalmente los eventos de la historia? ¿El orden cronológico, la frecuencia o la duración han sido manipulados en la trama para afectar nuestra comprensión de los eventos narrados?
  4. ¿El final evidencia un patrón de desarrollo (claramente discernible) que lo relacione con el comienzo? ¿Todas las líneas narrativas se cierran o algunas se dejan abiertas?
  5. ¿Cómo se nos presenta la información de la historia a través de la narración? ¿Se restringe a lo que saben uno o unos pocos personajes o su cobertura es amplia y, por consiguiente, nuestro saber circula libremente entre todos los personajes aunque estén en espacios diferentes? ¿La narración nos presenta la información de manera suficientemente profunda gracias a una exploración de los estados mentales de los personajes?
  6. ¿El relato pertenece a un género con el cual estamos familiarizados? ¿Si este fuera el caso, qué convenciones de este género emplea la narración para guiar nuestras expectativas?

Ver también

Análisis narrativo 1: la narración mínima
Análisis narrativo 2: definición de narración
Análisis narrativo 3: la noción de diégesis
Análisis narrativo 4: historia y trama
Guía para el análisis de la narración como sistema formal

Análisis narrativo 4: historia y trama

"Desde un instante hasta la eternidad, desde lo intracraneal hasta lo intergaláctico, la historia de la vida de cualquier personaje ofrece posibilidades enciclopédicas. Un maestro se reconoce porque sabe seleccionar apenas algunos momentos que, sin embargo, nos presentan una vida entera".
(Robert McKee, Story)

Quien crea una historia tiene el reto de dar vida a un mundo ficcional completo en la mente del lector o espectador. Sin embargo, ese mundo diegético solo se puede construir a partir de fragmentos.

El lector presencia apenas ciertos eventos narrativos, visita solo algunos lugares del mundo ficcional y experimenta el paso de apenas unos cuantos periodos de tiempo. Aun así, tiene la sensación de que la historia que le cuentan se desarrolla en un mundo paralelo coherente y complejo.

Para entender cómo una narración logra presentar un mundo completo a partir de elementos fragmentarios, es necesario entender las relaciones que se establecen, en la estructura de un relato, entre dos conceptos narratológicos esenciales: la historia y la trama.

Historia y trama


Historia Es la totalidad del universo diegético. Incluye entonces TODOS los eventos narrativos, personajes, lugares y épocas que han existido, existen o existirán en la diégesis.

Trama Es una selección de elementos de la historia que aparecen EXPLÍCITAMENTE en el texto narrativo. Se trata entonces de aquellos eventos, personajes, lugares y lapsos de tiempo que el creador del relato decide presentar en la página impresa o en la pantalla.

Relaciones entre historia y trama

La trama está contenida en la historia. Así, todo lo que pertenezca a la trama pertenecerá también a la historia. Sin embargo, lo contrario no es cierto: muchos elementos que hacen parte de la historia no están presentes en la trama.

En el proceso de lectura de un texto narrativo, el lector o espectador se enfrenta únicamente a la trama y tiene que completar aquello que no aparece explícitamente en ella haciendo inferencias. Por eso, se puede decir que la historia se compone de todo aquello que aparece de manera explícita en el texto (la trama) más todo aquello que el lector o espectador debe sobreentender, inferir o completar.

Las relaciones entre trama e historia afectan los tres aspectos centrales de toda narración:

  • Causalidad
    Aunque es común que los eventos narrativos centrales aparezcan en la tramaincidente incitante, puntos de giro, crisis o clímax—, puede ocurrir que un escritor decida omitir algunos de ellos y obligar al lector a que complete esos momentos narrativos en su mente.

    A veces, por ejemplo, se muestran solo las consecuencias de ciertos eventos y no las causas que produjeron dichas consecuencias. Lo contrario también puede ocurrir.

    La decisión de dejar por fuera de la trama eventos narrativos centrales en la historia nunca es trivial. Si eso ocurre, pregúntate qué puede haber motivado esa decisión.

  • Espacio
    En cualquier mundo diegético existen millones de lugares entre los cuales el escritor debe seleccionar unos cuantos para que aparezcan en la trama. Por eso, los espacios que "visitamos" en la trama —no importa qué tan amplios o qué tan reducidos sean— suelen estar cargados de significado.

    Sin embargo, también puede ocurrir que ciertos lugares centrales en la historia se dejen deliberadamente por fuera de la trama. En esos casos, el lector o espectador se ve obligado a inferir cómo son esos lugares, cuáles son sus particularidades. Debe, en suma, construirlos en su totalidad en la imaginación.

    Paradójicamente, no presentar ciertos espacios diegéticos importantes en la trama puede hacer que estos se saturen de significado. Por consiguiente, su presencia puede llegar a ser más determinante en el relato que la del resto de lugares de la historia.

  • Tiempo
    La organización temporal de los eventos de la historia se manipula a menudo en la trama. Por lo general, hay tres aspectos temporales con los cuales un escritor puede jugar: el orden cronológico, la duración y la frecuencia:
    • Orden cronológico: aunque los lectores y espectadores suelen tener una visión general de la historia organizada en orden cronológico, es muy común que la trama presente los eventos narrativos sin respetar la cronología de la historia.

      Así, mediante el uso de los flashbacks o analepsis (saltos hacia el pasado) y de los flashforwards o prolepsis (saltos hacia el futuro), el creador de relatos modifica en la trama el orden temporal de los sucesos.

    • Duración: la duración de la trama no suele corresponder exactamente a la duración de la historia. En la trama se escogen lapsos de tiempo que se alargan según las necesidades narrativas del relato. Así mismo, otros periodos de tiempo se omiten.

      Por eso, es común que la trama de una novela obligue al lector a detenerse en una hora o en un día —descritos minuciosamente a lo largo de muchas páginas— y, en otro lugar, dé un salto de años al pasar de un párrafo a otro.

      En rigor, la duración de la historia siempre es más larga que la de la trama pues, aunque no seamos muy conscientes de ello, damos siempre por descontado que los personajes del relato nacieron, crecieron y tuvieron una historia personal en la diégesis antes del comienzo de la trama. Así mismo, esas vidas (y ese mundo ficcional) seguirán existiendo después del final de la trama.

    • Frecuencia: al manipular la frecuencia en la trama, un escritor puede mostrar explícitamente una acción habitual que ocurre muchas veces (los rituales íntimos de un personaje, por ejemplo) o el mismo evento narrativo al que se vuelve recurrentemente, a menudo desde diferentes puntos de vista.

Dos perspectivas de la división historia y trama


Como nos lo recuerdan Bordwell y Thompson, resulta útil pensar en la división historia y trama desde dos perspectivas complementarias: la del creador del relato y la del lector o espectador.

Así, se puede afirmar que quien crea un relato tiene la responsabilidad de "transformar una historia en una trama". El lector o espectador debe hacer exactamente lo contrario: "transformar una trama en una historia".

Entender las complejas relaciones que se dan entre historia y trama en el interior de cada relato que estudies hará de ti un mejor lector o espectador y un analista mucho más competente.

Ver también

Análisis narrativo 1: la narración mínima
Análisis narrativo 2: definición de narración
Análisis narrativo 3: la noción de diégesis
Guía para el análisis de la narración como sistema formal

Fuentes

  • David Bordwell and Kristin Thompson, Film Art: An Introduction (Eighth Edition) (New York : McGraw-Hill, 2008).
  • André Gardiès, Le récit filmique, Paris: Hachette "Contours Littéraires", 1993.
  • Robert McKee, Story: substância, estrutura, estilo e os princípios da escrita de roteiros (Traducão de Chico Marés), Curitiba: Arte & Letra Editora, 2006.